Un mundo distraído
El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme".
Nicholas Carr es autor del libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Cuando se percató de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente al computador, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... "una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información, pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan".
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y no pudo evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en las Montañas Rocosas, rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras.
http://elpais.com/diario/2011/01/29/babelia/1296263535_850215.html.
"Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter” (primer párrafo). La forma “los” se refiere a:
Un mundo distraído
El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme".
Nicholas Carr es autor del libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Cuando se percató de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente al computador, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... "una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información, pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan".
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y no pudo evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en las Montañas Rocosas, rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras.
http://elpais.com/diario/2011/01/29/babelia/1296263535_850215.html.
A propósito del autor Nicholas Carr, según las informaciones recogidas en el texto, es correcto afirmar que
Un mundo distraído
El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme".
Nicholas Carr es autor del libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Cuando se percató de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente al computador, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... "una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información, pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan".
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y no pudo evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en las Montañas Rocosas, rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras.
http://elpais.com/diario/2011/01/29/babelia/1296263535_850215.html.
Manifestaciones de la influencia que el uso profuso de Internet provoca en las personas son:
1) disminución de la capacidad de concentración.
2) alejamiento del pensamiento reflexivo.
3) ausencia de profundización en la información recibida.
4) deshumanización de los seres humanos.
5) uniformización en nuestra condición de seres humanos.
Son correctas:
Un mundo distraído
El correo electrónico parpadea con un mensaje inquietante: "Twitter te echa de menos. ¿No tienes curiosidad por saber las muchas cosas que te estás perdiendo? ¡Vuelve!". Ocurre cuando uno deja de entrar asiduamente en la red social: es una anomalía, no cumplir con la norma no escrita de ser un voraz consumidor de twitters hace saltar las alarmas de la empresa, que en su intento por parecer más y más humana, como la mayoría de las herramientas que pueblan nuestra vida digital, nos habla con una cercanía y una calidez que solo puede o enamorarte o indignarte. Carr se ríe al escuchar la preocupación de la periodista ante la llegada de este mensaje a su buzón de correo. "Yo no he parado de recibirlos desde el día que suspendí mis cuentas en Facebook y Twitter. No me salí de estas redes sociales porque no me interesen. Al contrario, creo que son muy prácticas, incluso fascinantes, pero precisamente porque su esencia son los micromensajes lanzados sin pausa, su capacidad de distracción es enorme".
Nicholas Carr es autor del libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Cuando se percató de que su capacidad de concentración había disminuido, de que leer artículos largos y libros se había convertido en una ardua tarea precisamente para alguien licenciado en Literatura que se había dejado mecer toda su vida por ella, comenzó a preguntarse si la causa no sería precisamente su entrega diaria a las multitareas digitales: pasar muchas horas frente al computador, saltando sin cesar de uno a otro programa, de una página de Internet a otra, mientras contestamos a un correo electrónico y ponemos un link en Facebook. Su búsqueda de respuestas le llevó a escribir Superficiales... "una llamada de atención respecto a lo que está en juego: el pensamiento lineal, profundo, que incita al pensamiento creativo y que no necesariamente tiene un fin utilitario. La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información, pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan".
Pero no hay que equivocarse: Carr no defiende el conservadurismo cultural. Él mismo es un usuario compulsivo de la web y no pudo evitar despertar a su ordenador durante una breve pausa en la entrevista. Descubierto in fraganti por la periodista, esboza una tímida sonrisa, "¡lo confieso, me has cazado!". Su oficina está en las Montañas Rocosas, rodeada de pinares y silencio, con ciervos que atraviesan las sinuosas carreteras.
http://elpais.com/diario/2011/01/29/babelia/1296263535_850215.html.
Cuando Carr le dice al periodista: "¡lo confieso, me has cazado!” (tercer párrafo), quiere decir que:
¿Qué es un médico de familia?
El médico de Familia es “el especialista en personas” y resuelve un gran porcentaje de las demandas de los usuarios del Sistema Nacional de Salud. Es el generalmente conocido por la población como médico de cabecera o general, aunque existen diferencias con este, ya que para ser médico de familia los licenciados en Medicina realizan cuatro años de formación MIR (médico interno residente) en la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria. Durante este período se forman tanto en el hospital como en el Centro de Salud en las distintas áreas de conocimiento médicas, quirúrgicas y de urgencias, adquiriendo conocimientos en las áreas de Salud Pública y Medicina Comunitaria a través de seminarios y trabajos prácticos. La mitad de la formación transcurre en un centro de salud acreditado para ello.
Esta evolución no es producto del azar y obedece a distintas investigaciones sobre los diversos modelos sanitarios de los países, que han puesto de manifiesto que un primer nivel sanitario (o Atención Primaria) bien organizado, con profesionales cualificados en sus filas, repercute en una mejora de la salud de la población. Así pues, en España, en 1978, una ley reguló por vez primera la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria vía MIR, a través de la cual se formaron los primeros médicos de familia, los médicos de las personas. Desde entonces, la figura del tradicional médico generalista de las consultas del ambulatorio ha evolucionado pasando a convertirse en el médico de familia de los actuales centros de salud de Atención Primaria, donde se resuelven el 90 por ciento de las demandas de los pacientes.
Los médicos de Familia normalmente trabajan en los centros de salud, pero también muchos de los médicos que nos encontramos en las Urgencias de los hospitales son médicos de familia, así como en los servicios de atención a los enfermos terminales (unidades de cuidados paliativos) y en la gestión. Los médicos de Familia atienden anualmente más de 200 millones de consultas y el 42 por ciento de los médicos del sistema sanitario español trabajan como tales, ofreciendo continuidad, accesibilidad y globalidad en laasistencia.
http://www.socalemfyc.org/que-es-un-medico-de-familia/
Entre los atributos y estudios que poseen en España los denominados Médicos de Familia se encuentran:
1) ser especialistas en personas que resuelven un alto porcentaje de demandas en salud.
2) realizar cuatro años de formación MIR especializada.
3) adquisición de conocimientos en las áreas de Salud Pública y Comunitaria.
4) ser, en esencia, lo que siempre fueron los médicos generalistas.
5) especializarse en los modelos sanitarios de otros países del entorno.
Son correctas:
¿Qué es un médico de familia?
El médico de Familia es “el especialista en personas” y resuelve un gran porcentaje de las demandas de los usuarios del Sistema Nacional de Salud. Es el generalmente conocido por la población como médico de cabecera o general, aunque existen diferencias con este, ya que para ser médico de familia los licenciados en Medicina realizan cuatro años de formación MIR (médico interno residente) en la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria. Durante este período se forman tanto en el hospital como en el Centro de Salud en las distintas áreas de conocimiento médicas, quirúrgicas y de urgencias, adquiriendo conocimientos en las áreas de Salud Pública y Medicina Comunitaria a través de seminarios y trabajos prácticos. La mitad de la formación transcurre en un centro de salud acreditado para ello.
Esta evolución no es producto del azar y obedece a distintas investigaciones sobre los diversos modelos sanitarios de los países, que han puesto de manifiesto que un primer nivel sanitario (o Atención Primaria) bien organizado, con profesionales cualificados en sus filas, repercute en una mejora de la salud de la población. Así pues, en España, en 1978, una ley reguló por vez primera la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria vía MIR, a través de la cual se formaron los primeros médicos de familia, los médicos de las personas. Desde entonces, la figura del tradicional médico generalista de las consultas del ambulatorio ha evolucionado pasando a convertirse en el médico de familia de los actuales centros de salud de Atención Primaria, donde se resuelven el 90 por ciento de las demandas de los pacientes.
Los médicos de Familia normalmente trabajan en los centros de salud, pero también muchos de los médicos que nos encontramos en las Urgencias de los hospitales son médicos de familia, así como en los servicios de atención a los enfermos terminales (unidades de cuidados paliativos) y en la gestión. Los médicos de Familia atienden anualmente más de 200 millones de consultas y el 42 por ciento de los médicos del sistema sanitario español trabajan como tales, ofreciendo continuidad, accesibilidad y globalidad en laasistencia.
http://www.socalemfyc.org/que-es-un-medico-de-familia/
El ámbito de trabajo del Médico de Familia se desarrolla en:
1) los centros de salud de atención primaria.
2) los centros de tratamiento de enfermos terminales.
3) hospitales, en la sección de urgencias médicas.
4) la gestión de los hospitales de forma exclusiva.
5) exclusivamente la universidad, formando a futuros profesionales médicos.
Son correctas: