Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
[…]
Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
[…]
Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
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Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
En “Sin dinero para un pasaje de autobús,” se puede observar, por la presencia del determinante “un”, que el sustantivo “pasaje” es del género masculino en español, diferentemente de su correspondiente en portugués, passagem. Otros ejemplos de esa diferencia de masculino a femenino y viceversa entre esas dos lenguas son: árbol, dolor, lenguaje, crema, legumbre, señal.
Señale el término correcto para definir tales sustantivos.
Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
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Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
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Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
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Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
Señale la alternativa que presenta una información correcta sobre uno de los párrafos del texto.
Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
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Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
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Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
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Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
Analice los siguientes sintagmas adverbiales extraídos del texto: “a partir de Pacaraima”, “hacia Boa Vista”, “de ahí”, “al resto de Brasil”, “hasta Boa Vista” y “a la capital”.
Señale la alternativa que presenta una información correcta sobre los elementos subrayados.
Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
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Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
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Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
[…]
Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
Señale la alternativa a seguir que presenta un sinónimo en español para la palabra “bullicio”, utilizada en el primer párrafo del texto.
Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
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Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
[…]
Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
[…]
Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
Observe el verbo haber en el siguiente período extraído del texto:
“En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena.”
En el texto que sigue, identifique las que se completan con el verbo haber y, a continuación, señale la alternativa que indica los fragmentos en que ese verbo tiene la misma forma que en la frase anterior.
I - En este salón de clase _____ 30 alumnos.
II - Apenas diez comparecieron hoy porque los otros _____ gripa.
III - _____ un virus muy fuerte circulando.
IV - Los enfermos _____ que mantenerse en reposo.
V - Los colegas _____ que ayudar a sus compañeros puesto que
VI - _____ diversos contenidos que estudiar.
Los inmigrantes venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”
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Pacaraima, el primer pueblo de Brasil al cruzar la frontera desde Venezuela, no pasa de cuatro calles destartaladas, pero a lado y lado de la carretera cada mañana el bullicio es el de una gran ciudad. Decenas de venezolanos hacen cola para empezar sus trámites y conseguir la residencia o la condición de refugiados.
Marta del Blanco, una abuela de 44 años, espera fuera de las carpas con su nieto de un año, mientras sus hijas hacen los papeleos con la policía: “Nos vinimos porque no podíamos más. En Venezuela no hay trabajo, y el poco que hay no vale la pena”.
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Para muchos, poner un pie en Brasil es relativamente fácil, lo complicado es avanzar a partir de Pacaraima. Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad durante semanas o meses, esperando a juntar un dinero con el que puedan comprar el pasaje hacia Boa Vista y de ahí al resto de Brasil. Las distancias continentales del país son su principal obstáculo. “A la gente se le hace muy costoso atravesar Brasil, lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista. Aquí no es que estemos mejor que en Venezuela, pero al menos podemos comer cada día, y estamos firmes en la decisión de seguir adelante”, comenta Taína Medina, una ingeniera petroquímica que ahora sobrevive en las calles de Pacaraima vendiendo arepas.
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Al caer la noche el puesto fronterizo cierra, pero la actividad no para. No son pocos los que aprovechan las temperaturas más amenas para empezar el largo viaje hasta Boa Vista. Sin dinero para un pasaje de autobús, caminarán durante casi una semana por una carretera en la que no hay nada más que una inmensa planicie. Al llegar a la capital, muchos se encontrarán con una situación parecida a la de Pacaraima: atrapados en una ciudad colapsada. La siguiente ciudad más cercana, Manaos, está a más de 800 kilómetros y a un caro pasaje de autobús de distancia. “Allí, el río Amazonas, que parte el norte de Brasil por la mitad, les impide el paso y les obliga a viajar en avión o en barco, y para eso necesitan mucho más dinero”, [...]. Llegar hasta Brasilia, Río de Janeiro o São Paulo, mucho más al sur, es toda una odisea.
LOS INMIGRANTES venezolanos en Brasil: “Al menos aquí podemos comer cada día”. El Mundo. 25 ago. 2018. Disponible: http://www.elmundo.es/internacional/ 2018/08/25/5b804f3c268e3e0b768b45c8.html. Acceso el: 28 set. 2018.
Analice la partícula “se” en los siguientes fragmentos extraídos del texto: 1) “Miles de venezolanos se quedan atrapados en esta pequeña ciudad, …”; 2) “… lo más que pueden permitirse es ir hasta Boa Vista.”
Señale la alternativa que describe correctamente su función en cada ejemplo.