Texto
Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
El texto es constituído por estructuras linguísticas consideradas gramaticalmente coherentes. Considera el lenguaje del texto y señala la afirmativa correcta cuanto a lo que se afirma sobre los términos subrayados en las opciones abajo.
Texto
Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
De acuerdo con el texto, se comprende que
I – Representaciones de lo que se pasa en nuestra mente puede decurrir de manifestaciones de lo que vivenciamos en el día a día.
II – El sueño, del cual se puede extraer información para la toma de decisiones, sólo sirve se fuera devidamente interpretado.
III - Símbolos y señales pueden contener respuestas a nuestras indagaciones.
IV - La acción de incubar sueños es una reacción emocional para sacar de la mente explicaciones de la vida cotidiana.
V - El poder de la mente se relaciona activamente en el ejercicio de la intuición.
Es correcto lo que se afirma en
Texto
Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
Respecto al título del texto, “Incubar unsueño” significa:
I – Hacer prácticas complejas para intentar lasolución deproblemas.
II – Procesar respuestas para problemas por medio de la relación entre mente y vida material.
III - Intentar obtener respuesta a las indagaciones y tener em cuenta cuál se ala más acertada.
IV – Vivir intensamente la magia y consecuentementeabstraerenergía para su vida.
V - Conectarse con el sentimiento y la intuición y aprovechar la sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
Los sentidos apuntados em las proposiciones citadas están correctos apenas em
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Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
Al abordar la temática del texto, el productor elabora puntos de vista y argumentos que bien expresan su intención. Considera lo que dice el autor en el texto.
I - La opción del productor por discutir el tema decurre de su visión mística de la vida.
II - Para el productor, hay una energía en las personas y éstas pueden utilizarla.
III - Es posible grabar imágenes, situaciones y hechos y entrenar para, por medio de los sueños, acceder a la mente.
IV – La mente es un plan inaccesible y no depiende de nuestra provocación.
V - Es más frecuente las personas resolveren sus problemas por la explicación racional que por la intuición.
Está correcto lo que se afirma apenas en
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Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
Los sentidos expresos en: “[…] estamos entrenados a ahogar la intuición […]” (último párrafo) están correctos, cuanto a su traducción al portugués, en la opción:
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Incubar un sueño
Vamos a abordar un tema sobre el que me preguntan con asiduidad y del que se puede extraer mucha información que, debidamente interpretada, nos dará claves para la toma de decisiones en la vida cotidiana. La incubación de un sueño era una práctica muy común en la antiguedad para atraer hacia los humanos la ayuda de los dioses en la solución de sus problemas. Incluía todo un rito de purificación en el templo de la deidad correspondiente y, tras dormir allí, el demandante esperaba recibir un sueño que le proporcionara la solución de su problema. Hoy día no necesitamos dormir en un templo, pero si recrear unos sencillos pasos que nos darán acceso a la respuesta de nuestra alma.
Lo más importante respecto a una incubación es la intención con la que la hacemos. Hemos de tener la total certeza que obtendremos la respuesta adecuada a lo que preguntamos, y que además la tomaremos en cuenta por ser la más acertada. Es como cuando vamos a un restaurante y pedimos la cena, ¿tenemos alguna duda de que vamos a ser servidos? Pues de la misma manera el universo nos sirve todo el “alimento” que necesitamos en forma de información simbólica.
Una incubación puede tener también respuesta en forma de señales en la vida diaria, una conversación casual que oímos sin querer, la letra de canción que se repite en nuestra mente una y otra vez, un cartel de la carretera, una escena de una película con la que nos sentimos especialmente unidos, la contestación de un hijo. Parece magia pero no lo es, es tan sólo energía en movimiento. Tener en la mente una pregunta es la mejor manera de provocar en el universo el despertar de una serie de acontecimientos que nos llevará a hallar la tan ansiada respuesta a nuestras preguntas. Es lo que Jung llamó sincronicidad.
El quid de la cuestión es ¿cómo saber que es una contestación a mi pregunta y no imaginaciones mías? La respuesta está en la reacción emocional. Si cuando lees esa frase, una amiga te dice una opinión, oyes esa canción o miras la escena de una película te emocionas, algo se te mueve en el interior, es una respuesta para ti. Conectar con el sentimiento y la intuición es mucho más certero que la explicación de la mente racional. De hecho, estamos entrenados a ahogar la intuición por toneladas de discurso racional que impide el aprovechamiento de nuestra sabiduría interna y profunda que proviene del Ser.
CASTILLO, B. F.Disponívelem: http://astroreth.wordpress.com. Acesso: 12 set. 2011.
En “[...] nos levará a hallar la tan ansiada respuesta de nuestras preguntas” (tercer párrafo), el sentido de la palabra subrayada, si traducida al portugués, se mantenería igual en la opción: