El cine de Pedro Almodóvar
[1] El cine de Almodóvar cultiva un naturalismo que destruye el usual costumbrismo burgués del cine español. Suele
representar, por el contrario, una realidad marginal o del subproletariado urbano y abunda en elementos escandalosos y
provocadores: policías corruptos, consumo de drogas, maltrato, prostitución, niños precoces, paletos filosóficos, marujas
[4] desesperadas, homosexualidad desgarrada, etc., todo ello sin renunciar a su humor irreverente y sin dejar de provocar con
heterodoxas escenas. Este material escandaloso podría pretender, como en el caso de los surrealistas, épater les bourgeois
(perturbar a los burgueses). Con el tiempo, sin embargo, va puliendo su escritura y desarrollando guiones cada vez más
[7] sofisticados y coloristas, muy cercanos al melodrama clásico.
En películas posteriores como ¡Átame!, clasificada inicialmente como en Estados Unidos — a raíz de esta película, nació
la clasificación americana NC-17, también adjudicada a La Mala Educación —, una mujer llega a enamorarse de su secuestrador
[10] y en Kika llega incluso a trivializar la violación. También abundan, entre sus fuentes de inspiración, casi siempre autobiográficas,
los elementos buñuelescos y anticlericales, como el humor negro o el cura pederasta de La Mala Educación, o pertenecientes
a la cultura “cañí” de masas y el arte de vanguardia.
[13] Almodóvar mezcla en sus películas lo tradicional y lo transgresor. Es característica su afición a los boleros, a Chavela
Vargas, a Caetano Veloso, y en general a la estética más punk y transgresora, basada en la utilización de colores muy vivos y
fuertemente contrastados, exteriores vulgares y degradados y las desproporciones violentas entre los intérpretes humanos y los
[16] entornos físicos de los edificios. Su experiencia como actor y cantante lo ha hecho transformarse en un importante director de
actores y como guionista pergeña especialmente bien los personajes femeninos y las historias cargadas de dramatismo.
En opinión de Lynn Hirschberg, “Almodóvar preside sobre sus cambiantes personajes como un cura benevolente: acepta
[19] y perdona prácticamente a todos ellos, no importa lo terrible de sus pecados. Un secuestrador, un violador o un pedófilo pueden
tener un corazón puro; por supuesto, los aparentemente inocentes también pueden ser culpables”.
Internet: <es.wikipedia.org> (con adaptaciones).
Con respecto a las ideas y estructuras lingüísticas del texto, juzgue lo siguiente ítem.
La forma verbal “podría pretender” (l.5) puede ser sustituida por había pretendido sin producir alteraciones semánticas o gramaticales.
El cine y el movimiento
[1] En 1907, en La Evolución Creadora, Bergson nos
ofrece una de sus tesis sobre el cine y su relación con el
movimiento. El cine procede, en efecto, con dos datos
[4] complementarios: cortes instantáneos llamados imágenes; un
movimiento o un tiempo impersonal, uniforme, abstracto,
invisible o imperceptible, que está “en” el aparato y “con” el cual
[7] se hace desfilar las imágenes. El cine nos presenta, pues, un falso
movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento. Pero es
curioso que Bergson imponga un nombre tan moderno y reciente
[10] — cinematográfica — a la más vieja de las ilusiones. En efecto,
dice Bergson, cuando el cine reconstruye el movimiento con
cortes inmóviles, no hace sino lo que hacía ya el pensamiento más
[13] antiguo — las paradojas de Zenón —, o lo que hace la percepción
natural. En este aspecto, Bergson se distingue de la
fenomenología, para la cual el cine rompería más bien con las
[16] condiciones de la percepción natural. “Tomamos vistas casi
instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son
características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo
[19] de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del
aparato del conocimiento... La percepción, la intelección, el
lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o
[22] de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que
accionar una especie de cinematógrafo interior.” ¿Deberá
entenderse que, según Bergson, el cine sería tan sólo la
[25] proyección, la reproducción de una ilusión constante, universal?
¿Como si siempre se hubiese hecho cine sin saberlo? Pero
entonces son muchos los problemas que se plantean, y ante todo,
[28] la reproducción de la ilusión, ¿no es también, en cierta manera, su
corrección? ¿Se puede concluir de la artificialidad de los medios
la artificialidad del resultado?
Gilles Deleuze. La imagen-movimiento. Estudios sobre cine, 1990 (con adaptaciones).
Basándose en el texto de arriba, juzgue lo ítem siguiente.
En relación a la percepción del cine y su relación con la percepción humana no podemos afirmar que Bergson perteneciese a la fenomenología.
El cine y el movimiento
[1] En 1907, en La Evolución Creadora, Bergson nos
ofrece una de sus tesis sobre el cine y su relación con el
movimiento. El cine procede, en efecto, con dos datos
[4] complementarios: cortes instantáneos llamados imágenes; un
movimiento o un tiempo impersonal, uniforme, abstracto,
invisible o imperceptible, que está “en” el aparato y “con” el cual
[7] se hace desfilar las imágenes. El cine nos presenta, pues, un falso
movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento. Pero es
curioso que Bergson imponga un nombre tan moderno y reciente
[10] — cinematográfica — a la más vieja de las ilusiones. En efecto,
dice Bergson, cuando el cine reconstruye el movimiento con
cortes inmóviles, no hace sino lo que hacía ya el pensamiento más
[13] antiguo — las paradojas de Zenón —, o lo que hace la percepción
natural. En este aspecto, Bergson se distingue de la
fenomenología, para la cual el cine rompería más bien con las
[16] condiciones de la percepción natural. “Tomamos vistas casi
instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son
características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo
[19] de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del
aparato del conocimiento... La percepción, la intelección, el
lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o
[22] de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que
accionar una especie de cinematógrafo interior.” ¿Deberá
entenderse que, según Bergson, el cine sería tan sólo la
[25] proyección, la reproducción de una ilusión constante, universal?
¿Como si siempre se hubiese hecho cine sin saberlo? Pero
entonces son muchos los problemas que se plantean, y ante todo,
[28] la reproducción de la ilusión, ¿no es también, en cierta manera, su
corrección? ¿Se puede concluir de la artificialidad de los medios
la artificialidad del resultado?
Gilles Deleuze. La imagen-movimiento. Estudios sobre cine, 1990 (con adaptaciones).
Basándose en el texto de arriba, juzgue lo ítem siguiente.
Según Bergson, la percepción, la intelección, el lenguaje y el cine operan hasta cierto punto de forma similar.
El cine y el movimiento
[1] En 1907, en La Evolución Creadora, Bergson nos
ofrece una de sus tesis sobre el cine y su relación con el
movimiento. El cine procede, en efecto, con dos datos
[4] complementarios: cortes instantáneos llamados imágenes; un
movimiento o un tiempo impersonal, uniforme, abstracto,
invisible o imperceptible, que está “en” el aparato y “con” el cual
[7] se hace desfilar las imágenes. El cine nos presenta, pues, un falso
movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento. Pero es
curioso que Bergson imponga un nombre tan moderno y reciente
[10] — cinematográfica — a la más vieja de las ilusiones. En efecto,
dice Bergson, cuando el cine reconstruye el movimiento con
cortes inmóviles, no hace sino lo que hacía ya el pensamiento más
[13] antiguo — las paradojas de Zenón —, o lo que hace la percepción
natural. En este aspecto, Bergson se distingue de la
fenomenología, para la cual el cine rompería más bien con las
[16] condiciones de la percepción natural. “Tomamos vistas casi
instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son
características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo
[19] de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del
aparato del conocimiento... La percepción, la intelección, el
lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o
[22] de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que
accionar una especie de cinematógrafo interior.” ¿Deberá
entenderse que, según Bergson, el cine sería tan sólo la
[25] proyección, la reproducción de una ilusión constante, universal?
¿Como si siempre se hubiese hecho cine sin saberlo? Pero
entonces son muchos los problemas que se plantean, y ante todo,
[28] la reproducción de la ilusión, ¿no es también, en cierta manera, su
corrección? ¿Se puede concluir de la artificialidad de los medios
la artificialidad del resultado?
Gilles Deleuze. La imagen-movimiento. Estudios sobre cine, 1990 (con adaptaciones).
Basándose en el texto de arriba, juzgue lo ítem siguiente.
Se puede inferir del texto que su autor coloca en tela de juicio que se pueda considerar que la reproducción de la ilusión y su corrección sean exactamente lo mismo.
El cine y el movimiento
[1] En 1907, en La Evolución Creadora, Bergson nos
ofrece una de sus tesis sobre el cine y su relación con el
movimiento. El cine procede, en efecto, con dos datos
[4] complementarios: cortes instantáneos llamados imágenes; un
movimiento o un tiempo impersonal, uniforme, abstracto,
invisible o imperceptible, que está “en” el aparato y “con” el cual
[7] se hace desfilar las imágenes. El cine nos presenta, pues, un falso
movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento. Pero es
curioso que Bergson imponga un nombre tan moderno y reciente
[10] — cinematográfica — a la más vieja de las ilusiones. En efecto,
dice Bergson, cuando el cine reconstruye el movimiento con
cortes inmóviles, no hace sino lo que hacía ya el pensamiento más
[13] antiguo — las paradojas de Zenón —, o lo que hace la percepción
natural. En este aspecto, Bergson se distingue de la
fenomenología, para la cual el cine rompería más bien con las
[16] condiciones de la percepción natural. “Tomamos vistas casi
instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son
características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo
[19] de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del
aparato del conocimiento... La percepción, la intelección, el
lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o
[22] de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que
accionar una especie de cinematógrafo interior.” ¿Deberá
entenderse que, según Bergson, el cine sería tan sólo la
[25] proyección, la reproducción de una ilusión constante, universal?
¿Como si siempre se hubiese hecho cine sin saberlo? Pero
entonces son muchos los problemas que se plantean, y ante todo,
[28] la reproducción de la ilusión, ¿no es también, en cierta manera, su
corrección? ¿Se puede concluir de la artificialidad de los medios
la artificialidad del resultado?
Gilles Deleuze. La imagen-movimiento. Estudios sobre cine, 1990 (con adaptaciones).
Basándose en el texto de arriba, juzgue lo ítem siguiente.
Según Bergson, el cine se fundamenta en un movimiento falso.
El cine y el movimiento
[1] En 1907, en La Evolución Creadora, Bergson nos
ofrece una de sus tesis sobre el cine y su relación con el
movimiento. El cine procede, en efecto, con dos datos
[4] complementarios: cortes instantáneos llamados imágenes; un
movimiento o un tiempo impersonal, uniforme, abstracto,
invisible o imperceptible, que está “en” el aparato y “con” el cual
[7] se hace desfilar las imágenes. El cine nos presenta, pues, un falso
movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento. Pero es
curioso que Bergson imponga un nombre tan moderno y reciente
[10] — cinematográfica — a la más vieja de las ilusiones. En efecto,
dice Bergson, cuando el cine reconstruye el movimiento con
cortes inmóviles, no hace sino lo que hacía ya el pensamiento más
[13] antiguo — las paradojas de Zenón —, o lo que hace la percepción
natural. En este aspecto, Bergson se distingue de la
fenomenología, para la cual el cine rompería más bien con las
[16] condiciones de la percepción natural. “Tomamos vistas casi
instantáneas sobre la realidad que pasa, y, como ellas son
características de esa realidad, nos basta con ensartarlas a lo largo
[19] de un devenir abstracto, uniforme, invisible, situado al fondo del
aparato del conocimiento... La percepción, la intelección, el
lenguaje proceden en general así. Se trate de pensar el devenir, o
[22] de expresarlo, o incluso de percibirlo, no hacemos otra cosa que
accionar una especie de cinematógrafo interior.” ¿Deberá
entenderse que, según Bergson, el cine sería tan sólo la
[25] proyección, la reproducción de una ilusión constante, universal?
¿Como si siempre se hubiese hecho cine sin saberlo? Pero
entonces son muchos los problemas que se plantean, y ante todo,
[28] la reproducción de la ilusión, ¿no es también, en cierta manera, su
corrección? ¿Se puede concluir de la artificialidad de los medios
la artificialidad del resultado?
Gilles Deleuze. La imagen-movimiento. Estudios sobre cine, 1990 (con adaptaciones).
Basándose en el texto de arriba, juzgue lo ítem siguiente.
Se puede inferir del texto que, según la opinión de Bergson, en la antigüedad ya se hacían películas.