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Con el uso del imperativo en esta viñeta se expresa una
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¿Por qué los gases lacrimógenos se usan para dispersar protestas pero están prohibidos en las guerras?
LUNES 01 DE MAYO DE 2017 • 05:35
Una nube densa y blanca se asienta poco a poco en las calles obligando a decenas de personas a buscar refugio.
Es una escena común en protestas alrededor del mundo y el culpable de esa nube es casi siempre el gas lacrimógeno, creado hace más de cien años.
En la Primera Guerra Mundial se utilizó por primera vez de manera formal una versión incipiente del gas moderno, con el objetivo de forzar a los soldados enemigos a escapar de sus trincheras para luego atacarlos con artillería u otras armas.
Con el paso del tiempo, el gas dejó de utilizarse en los conflictos armados -en los que está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas, que entró en vigor en 1997- pero se convirtió en una de las herramientas preferidas por la policía para dispersar multitudes.
"La razón por la que está prohibido en la guerra es porque se supone que no se debe usar como un arma ofensiva", le explicó a BBC Mundo Anna Feigenbaum, una profesora de la universidad británica de Bournemouth, que publicó un ensayo sobre la historia del gas en la revista estadounidense The Atlantic.
"La excepción en los cuerpos policiales es que no se está usando como un arma, sino como un agente de control", agregó.
El uso de este gas en protestas ha sido criticado porque puede conllevar a un uso indiscriminado o en ocasiones generar problemas de salud entre los manifestantes.
"La guerra de los químicos"
Hay discrepancias entre los historiadores consultados por BBC Mundo sobre cuándo exactamente fue el primer uso del gas lacrimógeno en la Primera Guerra Mundial, pero la mayoría tiende a apuntar a agosto de 1914, poco después del comienzo de la misma.
Doran Cart, curador senior del Museo Nacional de la Primera Guerra Mundial, en Kansas City, Missouri, en Estados Unidos, dijo que si bien no conoce documentos oficiales que lo confirmen, los franceses pudieron haber utilizado granadas lacrimógenas contra los alemanes en ese mes.
Francia llevaba algunos años experimentando con esos gases.
El "punto de quiebre", según este historiador, fue en 1915, cuando los gases comenzaron a ser probados con más frecuencia aunque no siempre de manera efectiva.
Su desarrollo formó parte de un esfuerzo mucho mayor de las potencias por crear armas químicas, lo que llevó a la Primera Guerra Mundial a ser considerada "la guerra de los químicos''.
Además de los lacrimógenos, también se utilizaron agentes como el gas mostaza, el gas cloro o el fosgeno, algunos de los cuales causaron un "sufrimiento agonizante" y casi 100.000 muertes, según datos publicados por Naciones Unidas.
[…]
"Se convirtieron en la personificación de todo lo malo con la Primera Guerra Mundial: la naturaleza industrial de la guerra, la naturaleza total de la guerra".
"Agente para el control de los disturbios"
Pocos años después, en 1925, se firmó el Protocolo de Ginebra que, con considerables limitaciones, prohibió el uso de armas químicas en las guerras
Al mismo tiempo, sin embargo, ya se estaban empezando a probar nuevos compuestos químicos de gases lacrimógenos y se estaba discutiendo cómo convertirlos en una herramienta para usos cotidianos.
Por su condición no letal, no generaban tanta reticencia como otros gases.
Según investigó Feigenbaum, poco después del armisticio varias ciudades estadounidenses y territorios alrededor del mundo empezaron a comprar este gas, que fue utilizado en prisiones, huelgas y hasta en las cajas fuertes de los bancos para evitar robos.
[…]
Se convirtió en algo de uso común porque es una manera de dispersar una multitud de manera relativamente barata y fácil", concluyó Feigenbaum en su diálogo con BBC Mundo.
La experta explicó que si se usa de manera adecuada tampoco causa heridas con sangre y sus efectos son normalmente superficiales, lo cual es beneficioso desde el punto de vista de la policía.
No obstante, también criticó su uso para dispersar protestas.
"La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", señaló.
[…]
Disponível em: http://www.lanacion.com.ar/2019390-por-que-losgases-lacrimogenos-se-usan-para-dispersar-protestas-pero-stanprohibidos-en-las-guerras. Acesso em: 02 maio 2017.
Según el texto, la Convención de Armas Químicas no prohíbe el uso de los gases lacrimógenos en
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¿Por qué los gases lacrimógenos se usan para dispersar protestas pero están prohibidos en las guerras?
LUNES 01 DE MAYO DE 2017 • 05:35
Una nube densa y blanca se asienta poco a poco en las calles obligando a decenas de personas a buscar refugio.
Es una escena común en protestas alrededor del mundo y el culpable de esa nube es casi siempre el gas lacrimógeno, creado hace más de cien años.
En la Primera Guerra Mundial se utilizó por primera vez de manera formal una versión incipiente del gas moderno, con el objetivo de forzar a los soldados enemigos a escapar de sus trincheras para luego atacarlos con artillería u otras armas.
Con el paso del tiempo, el gas dejó de utilizarse en los conflictos armados -en los que está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas, que entró en vigor en 1997- pero se convirtió en una de las herramientas preferidas por la policía para dispersar multitudes.
"La razón por la que está prohibido en la guerra es porque se supone que no se debe usar como un arma ofensiva", le explicó a BBC Mundo Anna Feigenbaum, una profesora de la universidad británica de Bournemouth, que publicó un ensayo sobre la historia del gas en la revista estadounidense The Atlantic.
"La excepción en los cuerpos policiales es que no se está usando como un arma, sino como un agente de control", agregó.
El uso de este gas en protestas ha sido criticado porque puede conllevar a un uso indiscriminado o en ocasiones generar problemas de salud entre los manifestantes.
"La guerra de los químicos"
Hay discrepancias entre los historiadores consultados por BBC Mundo sobre cuándo exactamente fue el primer uso del gas lacrimógeno en la Primera Guerra Mundial, pero la mayoría tiende a apuntar a agosto de 1914, poco después del comienzo de la misma.
Doran Cart, curador senior del Museo Nacional de la Primera Guerra Mundial, en Kansas City, Missouri, en Estados Unidos, dijo que si bien no conoce documentos oficiales que lo confirmen, los franceses pudieron haber utilizado granadas lacrimógenas contra los alemanes en ese mes.
Francia llevaba algunos años experimentando con esos gases.
El "punto de quiebre", según este historiador, fue en 1915, cuando los gases comenzaron a ser probados con más frecuencia aunque no siempre de manera efectiva.
Su desarrollo formó parte de un esfuerzo mucho mayor de las potencias por crear armas químicas, lo que llevó a la Primera Guerra Mundial a ser considerada "la guerra de los químicos''.
Además de los lacrimógenos, también se utilizaron agentes como el gas mostaza, el gas cloro o el fosgeno, algunos de los cuales causaron un "sufrimiento agonizante" y casi 100.000 muertes, según datos publicados por Naciones Unidas.
[…]
"Se convirtieron en la personificación de todo lo malo con la Primera Guerra Mundial: la naturaleza industrial de la guerra, la naturaleza total de la guerra".
"Agente para el control de los disturbios"
Pocos años después, en 1925, se firmó el Protocolo de Ginebra que, con considerables limitaciones, prohibió el uso de armas químicas en las guerras
Al mismo tiempo, sin embargo, ya se estaban empezando a probar nuevos compuestos químicos de gases lacrimógenos y se estaba discutiendo cómo convertirlos en una herramienta para usos cotidianos.
Por su condición no letal, no generaban tanta reticencia como otros gases.
Según investigó Feigenbaum, poco después del armisticio varias ciudades estadounidenses y territorios alrededor del mundo empezaron a comprar este gas, que fue utilizado en prisiones, huelgas y hasta en las cajas fuertes de los bancos para evitar robos.
[…]
Se convirtió en algo de uso común porque es una manera de dispersar una multitud de manera relativamente barata y fácil", concluyó Feigenbaum en su diálogo con BBC Mundo.
La experta explicó que si se usa de manera adecuada tampoco causa heridas con sangre y sus efectos son normalmente superficiales, lo cual es beneficioso desde el punto de vista de la policía.
No obstante, también criticó su uso para dispersar protestas.
"La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", señaló.
[…]
Disponível em: http://www.lanacion.com.ar/2019390-por-que-losgases-lacrimogenos-se-usan-para-dispersar-protestas-pero-stanprohibidos-en-las-guerras. Acesso em: 02 maio 2017.
Los gases lacrimógenos fueron utilizados por primera vez, durante la Primera Guerra Mundial, por
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¿Por qué los gases lacrimógenos se usan para dispersar protestas pero están prohibidos en las guerras?
LUNES 01 DE MAYO DE 2017 • 05:35
Una nube densa y blanca se asienta poco a poco en las calles obligando a decenas de personas a buscar refugio.
Es una escena común en protestas alrededor del mundo y el culpable de esa nube es casi siempre el gas lacrimógeno, creado hace más de cien años.
En la Primera Guerra Mundial se utilizó por primera vez de manera formal una versión incipiente del gas moderno, con el objetivo de forzar a los soldados enemigos a escapar de sus trincheras para luego atacarlos con artillería u otras armas.
Con el paso del tiempo, el gas dejó de utilizarse en los conflictos armados -en los que está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas, que entró en vigor en 1997- pero se convirtió en una de las herramientas preferidas por la policía para dispersar multitudes.
"La razón por la que está prohibido en la guerra es porque se supone que no se debe usar como un arma ofensiva", le explicó a BBC Mundo Anna Feigenbaum, una profesora de la universidad británica de Bournemouth, que publicó un ensayo sobre la historia del gas en la revista estadounidense The Atlantic.
"La excepción en los cuerpos policiales es que no se está usando como un arma, sino como un agente de control", agregó.
El uso de este gas en protestas ha sido criticado porque puede conllevar a un uso indiscriminado o en ocasiones generar problemas de salud entre los manifestantes.
"La guerra de los químicos"
Hay discrepancias entre los historiadores consultados por BBC Mundo sobre cuándo exactamente fue el primer uso del gas lacrimógeno en la Primera Guerra Mundial, pero la mayoría tiende a apuntar a agosto de 1914, poco después del comienzo de la misma.
Doran Cart, curador senior del Museo Nacional de la Primera Guerra Mundial, en Kansas City, Missouri, en Estados Unidos, dijo que si bien no conoce documentos oficiales que lo confirmen, los franceses pudieron haber utilizado granadas lacrimógenas contra los alemanes en ese mes.
Francia llevaba algunos años experimentando con esos gases.
El "punto de quiebre", según este historiador, fue en 1915, cuando los gases comenzaron a ser probados con más frecuencia aunque no siempre de manera efectiva.
Su desarrollo formó parte de un esfuerzo mucho mayor de las potencias por crear armas químicas, lo que llevó a la Primera Guerra Mundial a ser considerada "la guerra de los químicos''.
Además de los lacrimógenos, también se utilizaron agentes como el gas mostaza, el gas cloro o el fosgeno, algunos de los cuales causaron un "sufrimiento agonizante" y casi 100.000 muertes, según datos publicados por Naciones Unidas.
[…]
"Se convirtieron en la personificación de todo lo malo con la Primera Guerra Mundial: la naturaleza industrial de la guerra, la naturaleza total de la guerra".
"Agente para el control de los disturbios"
Pocos años después, en 1925, se firmó el Protocolo de Ginebra que, con considerables limitaciones, prohibió el uso de armas químicas en las guerras
Al mismo tiempo, sin embargo, ya se estaban empezando a probar nuevos compuestos químicos de gases lacrimógenos y se estaba discutiendo cómo convertirlos en una herramienta para usos cotidianos.
Por su condición no letal, no generaban tanta reticencia como otros gases.
Según investigó Feigenbaum, poco después del armisticio varias ciudades estadounidenses y territorios alrededor del mundo empezaron a comprar este gas, que fue utilizado en prisiones, huelgas y hasta en las cajas fuertes de los bancos para evitar robos.
[…]
Se convirtió en algo de uso común porque es una manera de dispersar una multitud de manera relativamente barata y fácil", concluyó Feigenbaum en su diálogo con BBC Mundo.
La experta explicó que si se usa de manera adecuada tampoco causa heridas con sangre y sus efectos son normalmente superficiales, lo cual es beneficioso desde el punto de vista de la policía.
No obstante, también criticó su uso para dispersar protestas.
"La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", señaló.
[…]
Disponível em: http://www.lanacion.com.ar/2019390-por-que-losgases-lacrimogenos-se-usan-para-dispersar-protestas-pero-stanprohibidos-en-las-guerras. Acesso em: 02 maio 2017.
En el párrafo 13, ''la personificación de todo lo malo'' hace referencia al
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¿Por qué los gases lacrimógenos se usan para dispersar protestas pero están prohibidos en las guerras?
LUNES 01 DE MAYO DE 2017 • 05:35
Una nube densa y blanca se asienta poco a poco en las calles obligando a decenas de personas a buscar refugio.
Es una escena común en protestas alrededor del mundo y el culpable de esa nube es casi siempre el gas lacrimógeno, creado hace más de cien años.
En la Primera Guerra Mundial se utilizó por primera vez de manera formal una versión incipiente del gas moderno, con el objetivo de forzar a los soldados enemigos a escapar de sus trincheras para luego atacarlos con artillería u otras armas.
Con el paso del tiempo, el gas dejó de utilizarse en los conflictos armados -en los que está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas, que entró en vigor en 1997- pero se convirtió en una de las herramientas preferidas por la policía para dispersar multitudes.
"La razón por la que está prohibido en la guerra es porque se supone que no se debe usar como un arma ofensiva", le explicó a BBC Mundo Anna Feigenbaum, una profesora de la universidad británica de Bournemouth, que publicó un ensayo sobre la historia del gas en la revista estadounidense The Atlantic.
"La excepción en los cuerpos policiales es que no se está usando como un arma, sino como un agente de control", agregó.
El uso de este gas en protestas ha sido criticado porque puede conllevar a un uso indiscriminado o en ocasiones generar problemas de salud entre los manifestantes.
"La guerra de los químicos"
Hay discrepancias entre los historiadores consultados por BBC Mundo sobre cuándo exactamente fue el primer uso del gas lacrimógeno en la Primera Guerra Mundial, pero la mayoría tiende a apuntar a agosto de 1914, poco después del comienzo de la misma.
Doran Cart, curador senior del Museo Nacional de la Primera Guerra Mundial, en Kansas City, Missouri, en Estados Unidos, dijo que si bien no conoce documentos oficiales que lo confirmen, los franceses pudieron haber utilizado granadas lacrimógenas contra los alemanes en ese mes.
Francia llevaba algunos años experimentando con esos gases.
El "punto de quiebre", según este historiador, fue en 1915, cuando los gases comenzaron a ser probados con más frecuencia aunque no siempre de manera efectiva.
Su desarrollo formó parte de un esfuerzo mucho mayor de las potencias por crear armas químicas, lo que llevó a la Primera Guerra Mundial a ser considerada "la guerra de los químicos''.
Además de los lacrimógenos, también se utilizaron agentes como el gas mostaza, el gas cloro o el fosgeno, algunos de los cuales causaron un "sufrimiento agonizante" y casi 100.000 muertes, según datos publicados por Naciones Unidas.
[…]
"Se convirtieron en la personificación de todo lo malo con la Primera Guerra Mundial: la naturaleza industrial de la guerra, la naturaleza total de la guerra".
"Agente para el control de los disturbios"
Pocos años después, en 1925, se firmó el Protocolo de Ginebra que, con considerables limitaciones, prohibió el uso de armas químicas en las guerras
Al mismo tiempo, sin embargo, ya se estaban empezando a probar nuevos compuestos químicos de gases lacrimógenos y se estaba discutiendo cómo convertirlos en una herramienta para usos cotidianos.
Por su condición no letal, no generaban tanta reticencia como otros gases.
Según investigó Feigenbaum, poco después del armisticio varias ciudades estadounidenses y territorios alrededor del mundo empezaron a comprar este gas, que fue utilizado en prisiones, huelgas y hasta en las cajas fuertes de los bancos para evitar robos.
[…]
Se convirtió en algo de uso común porque es una manera de dispersar una multitud de manera relativamente barata y fácil", concluyó Feigenbaum en su diálogo con BBC Mundo.
La experta explicó que si se usa de manera adecuada tampoco causa heridas con sangre y sus efectos son normalmente superficiales, lo cual es beneficioso desde el punto de vista de la policía.
No obstante, también criticó su uso para dispersar protestas.
"La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", señaló.
[…]
Disponível em: http://www.lanacion.com.ar/2019390-por-que-losgases-lacrimogenos-se-usan-para-dispersar-protestas-pero-stanprohibidos-en-las-guerras. Acesso em: 02 maio 2017.
''La experta'', en el antepenúltimo párrafo, se refiere a
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LUNES 01 DE MAYO DE 2017 • 05:35
Una nube densa y blanca se asienta poco a poco en las calles obligando a decenas de personas a buscar refugio.
Es una escena común en protestas alrededor del mundo y el culpable de esa nube es casi siempre el gas lacrimógeno, creado hace más de cien años.
En la Primera Guerra Mundial se utilizó por primera vez de manera formal una versión incipiente del gas moderno, con el objetivo de forzar a los soldados enemigos a escapar de sus trincheras para luego atacarlos con artillería u otras armas.
Con el paso del tiempo, el gas dejó de utilizarse en los conflictos armados -en los que está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas, que entró en vigor en 1997- pero se convirtió en una de las herramientas preferidas por la policía para dispersar multitudes.
"La razón por la que está prohibido en la guerra es porque se supone que no se debe usar como un arma ofensiva", le explicó a BBC Mundo Anna Feigenbaum, una profesora de la universidad británica de Bournemouth, que publicó un ensayo sobre la historia del gas en la revista estadounidense The Atlantic.
"La excepción en los cuerpos policiales es que no se está usando como un arma, sino como un agente de control", agregó.
El uso de este gas en protestas ha sido criticado porque puede conllevar a un uso indiscriminado o en ocasiones generar problemas de salud entre los manifestantes.
"La guerra de los químicos"
Hay discrepancias entre los historiadores consultados por BBC Mundo sobre cuándo exactamente fue el primer uso del gas lacrimógeno en la Primera Guerra Mundial, pero la mayoría tiende a apuntar a agosto de 1914, poco después del comienzo de la misma.
Doran Cart, curador senior del Museo Nacional de la Primera Guerra Mundial, en Kansas City, Missouri, en Estados Unidos, dijo que si bien no conoce documentos oficiales que lo confirmen, los franceses pudieron haber utilizado granadas lacrimógenas contra los alemanes en ese mes.
Francia llevaba algunos años experimentando con esos gases.
El "punto de quiebre", según este historiador, fue en 1915, cuando los gases comenzaron a ser probados con más frecuencia aunque no siempre de manera efectiva.
Su desarrollo formó parte de un esfuerzo mucho mayor de las potencias por crear armas químicas, lo que llevó a la Primera Guerra Mundial a ser considerada "la guerra de los químicos''.
Además de los lacrimógenos, también se utilizaron agentes como el gas mostaza, el gas cloro o el fosgeno, algunos de los cuales causaron un "sufrimiento agonizante" y casi 100.000 muertes, según datos publicados por Naciones Unidas.
[…]
"Se convirtieron en la personificación de todo lo malo con la Primera Guerra Mundial: la naturaleza industrial de la guerra, la naturaleza total de la guerra".
"Agente para el control de los disturbios"
Pocos años después, en 1925, se firmó el Protocolo de Ginebra que, con considerables limitaciones, prohibió el uso de armas químicas en las guerras
Al mismo tiempo, sin embargo, ya se estaban empezando a probar nuevos compuestos químicos de gases lacrimógenos y se estaba discutiendo cómo convertirlos en una herramienta para usos cotidianos.
Por su condición no letal, no generaban tanta reticencia como otros gases.
Según investigó Feigenbaum, poco después del armisticio varias ciudades estadounidenses y territorios alrededor del mundo empezaron a comprar este gas, que fue utilizado en prisiones, huelgas y hasta en las cajas fuertes de los bancos para evitar robos.
[…]
Se convirtió en algo de uso común porque es una manera de dispersar una multitud de manera relativamente barata y fácil", concluyó Feigenbaum en su diálogo con BBC Mundo.
La experta explicó que si se usa de manera adecuada tampoco causa heridas con sangre y sus efectos son normalmente superficiales, lo cual es beneficioso desde el punto de vista de la policía.
No obstante, también criticó su uso para dispersar protestas.
"La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", señaló.
[…]
Disponível em: http://www.lanacion.com.ar/2019390-por-que-losgases-lacrimogenos-se-usan-para-dispersar-protestas-pero-stanprohibidos-en-las-guerras. Acesso em: 02 maio 2017.
Con la frase: "La calle es el único lugar al que tenemos para ir cuando nos quitan el poder", la investigadora entrevistada defiende