Questões de Espanhol - Vocabulario - Medio ambiente
61 Questões
Questão 87 14244087
UFPR 1º fase 2025El texto que sigue es la referencia para la cuestione
Dicen que nuestra vieja historia de amor con el agua tiene mucho que ver con el recuerdo del refugio amniótico, en el útero de nuestra madre. Y también por la indeleble huella del primer organismo unicelular de hace millones de años. Nos lo advirtió el filósofo británico Alan Watts: “No viniste a este mundo. Saliste de él, como una ola del océano. No eres un extraño aquí”. Entre el cielo y la tierra somos criaturas fronterizas que, de asombro en asombro, se sienten hermanadas en las infinitas transmutaciones “del mar vivo del gran mundo”, leemos en El libro del agua y el fuego: El enigma de Louis Cattiaux, de Raimon Arola (Herder, 2022). Nos creemos criaturas de campo, montaña o ciudad, pero el agua es también nuestro territorio. En el agua “te sumerges en otra dimensión donde rigen otros valores más elementales. Y mientras nos esforzamos por mantenernos a flote, recuperamos nuestra olvidada condición de animales”, explica por teléfono María Belmonte, autora de El murmullo del agua (Acantilado, 2024). Somos una de las muchas formas del agua, y asumirlo es una purificante bendición. “Cada uno de nosotros llevamos en nuestras venas la corriente salina de nuestra sangre, en la cual el sodio, el potasio y el calcio se hallan en proporciones muy semejantes a las que existen en el agua del mar”, explicó la bióloga marina estadounidense Rachel Carson en El mar que nos rodea, publicado en 1951. De los océanos venimos y “por eso sumergirnos nos restaura”, afirma por videollamada Easkey Britton, doctora en Medio Ambiente y Sociedad por la Universidad Nacional de Irlanda. “Al meternos en el agua, especialmente si es fría, nos sentimos muy bien. Nos ayuda a conectar con otros y con nosotros mismos”, añade. Después de un baño de mar estamos más presentes, menos distraídos. “Vivimos una especie de reset del sistema nervioso”, según Britton, autora de Ebb and Flow (Flujo y reflujo, sin edición en español; Watkins, 2023).
Disponible en: https://elpais.com/ideas/2024-08-04/animales-liquidos-por-que-meternos-en-el-agua-nos-sienta-tan-bien.html. Adaptado.
Según el texto, ¿qué relación tiene nuestra conexión con el agua con nuestra historia evolutiva?
Questão 10 14737860
PUC- RJ 1 dia - Grupo 2 - Manhã 2024¡El rey va desnudo!: ropa y basura
[1] En los primeros días del año se hizo viral la noticia de la cantidad de ropa que se ha vertido en el desierto de Atacama en Chile. La denuncia nos ha impresionado a todos: las imágenes hablan de la destrucción de un desierto a partir de montañas de ropa desperdiciada. Llama la atención que no toda la ropa es usada, sino que también hay ropa sin estrenar, con etiquetas. El que parte de esta montaña de ropa nueva sea desechada por los propios fabricantes es el resultado de un “sistema complejo”, pues responde a múltiples problemas actuales de producción, comercio, distribución, así como la durabilidad de la ropa, el consumo de la fast fashion y los incendios que provoca, entre otras cosas. Sin embargo, el otro día escuché en un programa de noticias que la industria de la moda estaba proponiendo que parte de la solución a este problema era entrarle al “metaverso” en algo así como la “metamoda”. Esto es comprar el diseño de un traje o un vestido para lucirlo virtualmente a través de un avatar. Del otro lado de la cámara, la gente te estaría viendo como si tuvieras puesta esa ropa, aunque en la realidad puedas estar desnudo. Esto se propone como la solución para reducir el consumismo de ropa y, con eso, los problemas ambientales. Suena ridículo, y lo es.
Esta idea tiene varios propósitos. Por un lado, pretende abrir la moda al mercado de la realidad virtual. Por otro, y más importante, establecer una dinámica que el doctor Michael Mann denomina como “desviación” (deflection, en inglés) en su libro The New Climate War, que se ha utilizado desde los años setenta en problemas ecológicos. Según Mann, este tipo de estrategia comenzó con una campaña publicitaria basada en un anuncio de televisión conocido como The Crying Indian, que en traducción libre sería “El indio triste”. En este anuncio se presenta el estereotipo de un indígena nativo de Estados Unidos navegando en su canoa por un río contaminado. El personaje sale del río para encontrarse con una autopista donde las personas tiran basura desde su auto. Ante tal paisaje, al protagonista le ruedan lágrimas por la mejilla. Termina el anuncio con una voz en off diciendo “la gente comenzó la contaminación, la gente puede detenerla”.
¿Qué tiene de malo este anuncio? Desde pequeños sabemos que la responsabilidad de la basura en las calles y los bosques es de aquellas personas que no ponen la basura en su lugar. Y es cierto, parte de la responsabilidad es individual; pero no es la única y quizá tampoco la más importante. Para resolver problemas en sistemas complejos ecológicos es fundamental contar con dos ruedas en el engranaje. La primera es la voluntad individual para cambiar; la segunda, el cambio social que se promueve a partir de políticas públicas. […]
La táctica de la desviación es sutil, sus promotores no argumentan contra la medida de manera directa, sino que buscan desviar la conversación hacia otros aspectos del problema. No importa que los argumentos sean tan ridículos como el de la metamoda; la conversación está desviada y es difícil reencauzarla hacia la legislación de políticas internacionales sobre las industrias textil y de la moda. Este cambio debería enfocarse en reducir la explotación infantil en países textileros, el costo ambiental de producción, la fast fashion; también debería responsabilizar a la textilera de los desechos de sobreproducción. […]
[5] Desde un análisis sistémico, se puede valorar lo sencillo que es desviar la conversación sobre un tema que nos perturba. Lo primero, es necesario tener un culpable, pues en general los seres humanos buscamos un causante cuando observamos un fenómeno que nos desagrada. Para la táctica de la desviación es necesario culpabilizar a alguien distinto de los actores o las interacciones que realmente están causando el problema. Por ejemplo, la problemática del desierto de Atacama deriva de una dinámica compleja, que tiene muchos actores y diferentes interacciones: los productores, los consumidores, el transporte, la huella ecológica, el gobierno que permite tirar la basura, las comunidades aledañas, la economía informal, la desigualdad social. […]
Quizá la razón más importante por la cual la táctica de la desviación funciona es porque no estamos acostumbrados a pensar de manera sistémica. En particular, la ecología como ciencia se basa en el pensamiento sistémico porque los ecosistemas (y más los socioecosistemas) cuentan con múltiples variables e interacciones a los que hay que categorizar con el fin de encontrar cuáles son los más relevantes en los procesos. […]
Como civilización tenemos dos metas que cumplir: lograr una sociedad guiada por el pensamiento sistémico y entender los sesgos cognitivos que fomentan el desvío de la discusión frente a problemas complejos. No cabe duda de que requerimos modificar las políticas públicas que impulsen las transformaciones necesarias hacia la sostenibilidad. De lo contrario, mientras sigamos dando la espalda al planeta, vestiremos ilusionados un traje virtual Gucci hasta que la siguiente generación nos grite que vamos desnudos.
ZAMBRANO, Luis. ¡El rey va desnudo!: ropa y basura. In: Este País [online]. México, 2022. Disponible en: https://estepais.com/ambiente/ropa-y-basura -el-rey-va-desnudo/. Acceso: el 18 jun, 2023. Adaptado
El título exclamativo recuerda un famoso cuento escrito por Hans Cristian Andersen, e inicialmente publicado en 1837, que demuestra -entre otras cosas- que solo porque todo el mundo crea o diga que algo es verdad, no significa que lo sea.
Aquí, en el artículo leído, el título se refiere
Questão 8 14737855
PUC- RJ 1 dia - Grupo 2 - Manhã 2024¡El rey va desnudo!: ropa y basura
[1] En los primeros días del año se hizo viral la noticia de la cantidad de ropa que se ha vertido en el desierto de Atacama en Chile. La denuncia nos ha impresionado a todos: las imágenes hablan de la destrucción de un desierto a partir de montañas de ropa desperdiciada. Llama la atención que no toda la ropa es usada, sino que también hay ropa sin estrenar, con etiquetas. El que parte de esta montaña de ropa nueva sea desechada por los propios fabricantes es el resultado de un “sistema complejo”, pues responde a múltiples problemas actuales de producción, comercio, distribución, así como la durabilidad de la ropa, el consumo de la fast fashion y los incendios que provoca, entre otras cosas. Sin embargo, el otro día escuché en un programa de noticias que la industria de la moda estaba proponiendo que parte de la solución a este problema era entrarle al “metaverso” en algo así como la “metamoda”. Esto es comprar el diseño de un traje o un vestido para lucirlo virtualmente a través de un avatar. Del otro lado de la cámara, la gente te estaría viendo como si tuvieras puesta esa ropa, aunque en la realidad puedas estar desnudo. Esto se propone como la solución para reducir el consumismo de ropa y, con eso, los problemas ambientales. Suena ridículo, y lo es.
Esta idea tiene varios propósitos. Por un lado, pretende abrir la moda al mercado de la realidad virtual. Por otro, y más importante, establecer una dinámica que el doctor Michael Mann denomina como “desviación” (deflection, en inglés) en su libro The New Climate War, que se ha utilizado desde los años setenta en problemas ecológicos. Según Mann, este tipo de estrategia comenzó con una campaña publicitaria basada en un anuncio de televisión conocido como The Crying Indian, que en traducción libre sería “El indio triste”. En este anuncio se presenta el estereotipo de un indígena nativo de Estados Unidos navegando en su canoa por un río contaminado. El personaje sale del río para encontrarse con una autopista donde las personas tiran basura desde su auto. Ante tal paisaje, al protagonista le ruedan lágrimas por la mejilla. Termina el anuncio con una voz en off diciendo “la gente comenzó la contaminación, la gente puede detenerla”.
¿Qué tiene de malo este anuncio? Desde pequeños sabemos que la responsabilidad de la basura en las calles y los bosques es de aquellas personas que no ponen la basura en su lugar. Y es cierto, parte de la responsabilidad es individual; pero no es la única y quizá tampoco la más importante. Para resolver problemas en sistemas complejos ecológicos es fundamental contar con dos ruedas en el engranaje. La primera es la voluntad individual para cambiar; la segunda, el cambio social que se promueve a partir de políticas públicas. […]
La táctica de la desviación es sutil, sus promotores no argumentan contra la medida de manera directa, sino que buscan desviar la conversación hacia otros aspectos del problema. No importa que los argumentos sean tan ridículos como el de la metamoda; la conversación está desviada y es difícil reencauzarla hacia la legislación de políticas internacionales sobre las industrias textil y de la moda. Este cambio debería enfocarse en reducir la explotación infantil en países textileros, el costo ambiental de producción, la fast fashion; también debería responsabilizar a la textilera de los desechos de sobreproducción. […]
[5] Desde un análisis sistémico, se puede valorar lo sencillo que es desviar la conversación sobre un tema que nos perturba. Lo primero, es necesario tener un culpable, pues en general los seres humanos buscamos un causante cuando observamos un fenómeno que nos desagrada. Para la táctica de la desviación es necesario culpabilizar a alguien distinto de los actores o las interacciones que realmente están causando el problema. Por ejemplo, la problemática del desierto de Atacama deriva de una dinámica compleja, que tiene muchos actores y diferentes interacciones: los productores, los consumidores, el transporte, la huella ecológica, el gobierno que permite tirar la basura, las comunidades aledañas, la economía informal, la desigualdad social. […]
Quizá la razón más importante por la cual la táctica de la desviación funciona es porque no estamos acostumbrados a pensar de manera sistémica. En particular, la ecología como ciencia se basa en el pensamiento sistémico porque los ecosistemas (y más los socioecosistemas) cuentan con múltiples variables e interacciones a los que hay que categorizar con el fin de encontrar cuáles son los más relevantes en los procesos. […]
Como civilización tenemos dos metas que cumplir: lograr una sociedad guiada por el pensamiento sistémico y entender los sesgos cognitivos que fomentan el desvío de la discusión frente a problemas complejos. No cabe duda de que requerimos modificar las políticas públicas que impulsen las transformaciones necesarias hacia la sostenibilidad. De lo contrario, mientras sigamos dando la espalda al planeta, vestiremos ilusionados un traje virtual Gucci hasta que la siguiente generación nos grite que vamos desnudos.
ZAMBRANO, Luis. ¡El rey va desnudo!: ropa y basura. In: Este País [online]. México, 2022. Disponible en: https://estepais.com/ambiente/ropa-y-basura -el-rey-va-desnudo/. Acceso: el 18 jun, 2023. Adaptado
Tras leer el texto, se puede asegurar que
Questão 7 14737853
PUC- RJ 1 dia - Grupo 2 - Manhã 2024¡El rey va desnudo!: ropa y basura
[1] En los primeros días del año se hizo viral la noticia de la cantidad de ropa que se ha vertido en el desierto de Atacama en Chile. La denuncia nos ha impresionado a todos: las imágenes hablan de la destrucción de un desierto a partir de montañas de ropa desperdiciada. Llama la atención que no toda la ropa es usada, sino que también hay ropa sin estrenar, con etiquetas. El que parte de esta montaña de ropa nueva sea desechada por los propios fabricantes es el resultado de un “sistema complejo”, pues responde a múltiples problemas actuales de producción, comercio, distribución, así como la durabilidad de la ropa, el consumo de la fast fashion y los incendios que provoca, entre otras cosas. Sin embargo, el otro día escuché en un programa de noticias que la industria de la moda estaba proponiendo que parte de la solución a este problema era entrarle al “metaverso” en algo así como la “metamoda”. Esto es comprar el diseño de un traje o un vestido para lucirlo virtualmente a través de un avatar. Del otro lado de la cámara, la gente te estaría viendo como si tuvieras puesta esa ropa, aunque en la realidad puedas estar desnudo. Esto se propone como la solución para reducir el consumismo de ropa y, con eso, los problemas ambientales. Suena ridículo, y lo es.
Esta idea tiene varios propósitos. Por un lado, pretende abrir la moda al mercado de la realidad virtual. Por otro, y más importante, establecer una dinámica que el doctor Michael Mann denomina como “desviación” (deflection, en inglés) en su libro The New Climate War, que se ha utilizado desde los años setenta en problemas ecológicos. Según Mann, este tipo de estrategia comenzó con una campaña publicitaria basada en un anuncio de televisión conocido como The Crying Indian, que en traducción libre sería “El indio triste”. En este anuncio se presenta el estereotipo de un indígena nativo de Estados Unidos navegando en su canoa por un río contaminado. El personaje sale del río para encontrarse con una autopista donde las personas tiran basura desde su auto. Ante tal paisaje, al protagonista le ruedan lágrimas por la mejilla. Termina el anuncio con una voz en off diciendo “la gente comenzó la contaminación, la gente puede detenerla”.
¿Qué tiene de malo este anuncio? Desde pequeños sabemos que la responsabilidad de la basura en las calles y los bosques es de aquellas personas que no ponen la basura en su lugar. Y es cierto, parte de la responsabilidad es individual; pero no es la única y quizá tampoco la más importante. Para resolver problemas en sistemas complejos ecológicos es fundamental contar con dos ruedas en el engranaje. La primera es la voluntad individual para cambiar; la segunda, el cambio social que se promueve a partir de políticas públicas. […]
La táctica de la desviación es sutil, sus promotores no argumentan contra la medida de manera directa, sino que buscan desviar la conversación hacia otros aspectos del problema. No importa que los argumentos sean tan ridículos como el de la metamoda; la conversación está desviada y es difícil reencauzarla hacia la legislación de políticas internacionales sobre las industrias textil y de la moda. Este cambio debería enfocarse en reducir la explotación infantil en países textileros, el costo ambiental de producción, la fast fashion; también debería responsabilizar a la textilera de los desechos de sobreproducción. […]
[5] Desde un análisis sistémico, se puede valorar lo sencillo que es desviar la conversación sobre un tema que nos perturba. Lo primero, es necesario tener un culpable, pues en general los seres humanos buscamos un causante cuando observamos un fenómeno que nos desagrada. Para la táctica de la desviación es necesario culpabilizar a alguien distinto de los actores o las interacciones que realmente están causando el problema. Por ejemplo, la problemática del desierto de Atacama deriva de una dinámica compleja, que tiene muchos actores y diferentes interacciones: los productores, los consumidores, el transporte, la huella ecológica, el gobierno que permite tirar la basura, las comunidades aledañas, la economía informal, la desigualdad social. […]
Quizá la razón más importante por la cual la táctica de la desviación funciona es porque no estamos acostumbrados a pensar de manera sistémica. En particular, la ecología como ciencia se basa en el pensamiento sistémico porque los ecosistemas (y más los socioecosistemas) cuentan con múltiples variables e interacciones a los que hay que categorizar con el fin de encontrar cuáles son los más relevantes en los procesos. […]
Como civilización tenemos dos metas que cumplir: lograr una sociedad guiada por el pensamiento sistémico y entender los sesgos cognitivos que fomentan el desvío de la discusión frente a problemas complejos. No cabe duda de que requerimos modificar las políticas públicas que impulsen las transformaciones necesarias hacia la sostenibilidad. De lo contrario, mientras sigamos dando la espalda al planeta, vestiremos ilusionados un traje virtual Gucci hasta que la siguiente generación nos grite que vamos desnudos.
ZAMBRANO, Luis. ¡El rey va desnudo!: ropa y basura. In: Este País [online]. México, 2022. Disponible en: https://estepais.com/ambiente/ropa-y-basura -el-rey-va-desnudo/. Acceso: el 18 jun, 2023. Adaptado
La única opción que presenta la correspondencia semántica correcta, sin alteración del sentido contextual, entre la palabra señalada y lo que se propone entre paréntesis, está en
Questão 6 14737850
PUC- RJ 1 dia - Grupo 2 - Manhã 2024¡El rey va desnudo!: ropa y basura
[1] En los primeros días del año se hizo viral la noticia de la cantidad de ropa que se ha vertido en el desierto de Atacama en Chile. La denuncia nos ha impresionado a todos: las imágenes hablan de la destrucción de un desierto a partir de montañas de ropa desperdiciada. Llama la atención que no toda la ropa es usada, sino que también hay ropa sin estrenar, con etiquetas. El que parte de esta montaña de ropa nueva sea desechada por los propios fabricantes es el resultado de un “sistema complejo”, pues responde a múltiples problemas actuales de producción, comercio, distribución, así como la durabilidad de la ropa, el consumo de la fast fashion y los incendios que provoca, entre otras cosas. Sin embargo, el otro día escuché en un programa de noticias que la industria de la moda estaba proponiendo que parte de la solución a este problema era entrarle al “metaverso” en algo así como la “metamoda”. Esto es comprar el diseño de un traje o un vestido para lucirlo virtualmente a través de un avatar. Del otro lado de la cámara, la gente te estaría viendo como si tuvieras puesta esa ropa, aunque en la realidad puedas estar desnudo. Esto se propone como la solución para reducir el consumismo de ropa y, con eso, los problemas ambientales. Suena ridículo, y lo es.
Esta idea tiene varios propósitos. Por un lado, pretende abrir la moda al mercado de la realidad virtual. Por otro, y más importante, establecer una dinámica que el doctor Michael Mann denomina como “desviación” (deflection, en inglés) en su libro The New Climate War, que se ha utilizado desde los años setenta en problemas ecológicos. Según Mann, este tipo de estrategia comenzó con una campaña publicitaria basada en un anuncio de televisión conocido como The Crying Indian, que en traducción libre sería “El indio triste”. En este anuncio se presenta el estereotipo de un indígena nativo de Estados Unidos navegando en su canoa por un río contaminado. El personaje sale del río para encontrarse con una autopista donde las personas tiran basura desde su auto. Ante tal paisaje, al protagonista le ruedan lágrimas por la mejilla. Termina el anuncio con una voz en off diciendo “la gente comenzó la contaminación, la gente puede detenerla”.
¿Qué tiene de malo este anuncio? Desde pequeños sabemos que la responsabilidad de la basura en las calles y los bosques es de aquellas personas que no ponen la basura en su lugar. Y es cierto, parte de la responsabilidad es individual; pero no es la única y quizá tampoco la más importante. Para resolver problemas en sistemas complejos ecológicos es fundamental contar con dos ruedas en el engranaje. La primera es la voluntad individual para cambiar; la segunda, el cambio social que se promueve a partir de políticas públicas. […]
La táctica de la desviación es sutil, sus promotores no argumentan contra la medida de manera directa, sino que buscan desviar la conversación hacia otros aspectos del problema. No importa que los argumentos sean tan ridículos como el de la metamoda; la conversación está desviada y es difícil reencauzarla hacia la legislación de políticas internacionales sobre las industrias textil y de la moda. Este cambio debería enfocarse en reducir la explotación infantil en países textileros, el costo ambiental de producción, la fast fashion; también debería responsabilizar a la textilera de los desechos de sobreproducción. […]
[5] Desde un análisis sistémico, se puede valorar lo sencillo que es desviar la conversación sobre un tema que nos perturba. Lo primero, es necesario tener un culpable, pues en general los seres humanos buscamos un causante cuando observamos un fenómeno que nos desagrada. Para la táctica de la desviación es necesario culpabilizar a alguien distinto de los actores o las interacciones que realmente están causando el problema. Por ejemplo, la problemática del desierto de Atacama deriva de una dinámica compleja, que tiene muchos actores y diferentes interacciones: los productores, los consumidores, el transporte, la huella ecológica, el gobierno que permite tirar la basura, las comunidades aledañas, la economía informal, la desigualdad social. […]
Quizá la razón más importante por la cual la táctica de la desviación funciona es porque no estamos acostumbrados a pensar de manera sistémica. En particular, la ecología como ciencia se basa en el pensamiento sistémico porque los ecosistemas (y más los socioecosistemas) cuentan con múltiples variables e interacciones a los que hay que categorizar con el fin de encontrar cuáles son los más relevantes en los procesos. […]
Como civilización tenemos dos metas que cumplir: lograr una sociedad guiada por el pensamiento sistémico y entender los sesgos cognitivos que fomentan el desvío de la discusión frente a problemas complejos. No cabe duda de que requerimos modificar las políticas públicas que impulsen las transformaciones necesarias hacia la sostenibilidad. De lo contrario, mientras sigamos dando la espalda al planeta, vestiremos ilusionados un traje virtual Gucci hasta que la siguiente generación nos grite que vamos desnudos.
ZAMBRANO, Luis. ¡El rey va desnudo!: ropa y basura. In: Este País [online]. México, 2022. Disponible en: https://estepais.com/ambiente/ropa-y-basura -el-rey-va-desnudo/. Acceso: el 18 jun, 2023. Adaptado
En el fragmento “y es difícil reencauzarla hacia la legislación” (párrafo 4) el pronombre destacado se refiere a
Questão 3 14737845
PUC- RJ 1 dia - Grupo 2 - Manhã 2024¡El rey va desnudo!: ropa y basura
[1] En los primeros días del año se hizo viral la noticia de la cantidad de ropa que se ha vertido en el desierto de Atacama en Chile. La denuncia nos ha impresionado a todos: las imágenes hablan de la destrucción de un desierto a partir de montañas de ropa desperdiciada. Llama la atención que no toda la ropa es usada, sino que también hay ropa sin estrenar, con etiquetas. El que parte de esta montaña de ropa nueva sea desechada por los propios fabricantes es el resultado de un “sistema complejo”, pues responde a múltiples problemas actuales de producción, comercio, distribución, así como la durabilidad de la ropa, el consumo de la fast fashion y los incendios que provoca, entre otras cosas. Sin embargo, el otro día escuché en un programa de noticias que la industria de la moda estaba proponiendo que parte de la solución a este problema era entrarle al “metaverso” en algo así como la “metamoda”. Esto es comprar el diseño de un traje o un vestido para lucirlo virtualmente a través de un avatar. Del otro lado de la cámara, la gente te estaría viendo como si tuvieras puesta esa ropa, aunque en la realidad puedas estar desnudo. Esto se propone como la solución para reducir el consumismo de ropa y, con eso, los problemas ambientales. Suena ridículo, y lo es.
Esta idea tiene varios propósitos. Por un lado, pretende abrir la moda al mercado de la realidad virtual. Por otro, y más importante, establecer una dinámica que el doctor Michael Mann denomina como “desviación” (deflection, en inglés) en su libro The New Climate War, que se ha utilizado desde los años setenta en problemas ecológicos. Según Mann, este tipo de estrategia comenzó con una campaña publicitaria basada en un anuncio de televisión conocido como The Crying Indian, que en traducción libre sería “El indio triste”. En este anuncio se presenta el estereotipo de un indígena nativo de Estados Unidos navegando en su canoa por un río contaminado. El personaje sale del río para encontrarse con una autopista donde las personas tiran basura desde su auto. Ante tal paisaje, al protagonista le ruedan lágrimas por la mejilla. Termina el anuncio con una voz en off diciendo “la gente comenzó la contaminación, la gente puede detenerla”.
¿Qué tiene de malo este anuncio? Desde pequeños sabemos que la responsabilidad de la basura en las calles y los bosques es de aquellas personas que no ponen la basura en su lugar. Y es cierto, parte de la responsabilidad es individual; pero no es la única y quizá tampoco la más importante. Para resolver problemas en sistemas complejos ecológicos es fundamental contar con dos ruedas en el engranaje. La primera es la voluntad individual para cambiar; la segunda, el cambio social que se promueve a partir de políticas públicas. […]
La táctica de la desviación es sutil, sus promotores no argumentan contra la medida de manera directa, sino que buscan desviar la conversación hacia otros aspectos del problema. No importa que los argumentos sean tan ridículos como el de la metamoda; la conversación está desviada y es difícil reencauzarla hacia la legislación de políticas internacionales sobre las industrias textil y de la moda. Este cambio debería enfocarse en reducir la explotación infantil en países textileros, el costo ambiental de producción, la fast fashion; también debería responsabilizar a la textilera de los desechos de sobreproducción. […]
[5] Desde un análisis sistémico, se puede valorar lo sencillo que es desviar la conversación sobre un tema que nos perturba. Lo primero, es necesario tener un culpable, pues en general los seres humanos buscamos un causante cuando observamos un fenómeno que nos desagrada. Para la táctica de la desviación es necesario culpabilizar a alguien distinto de los actores o las interacciones que realmente están causando el problema. Por ejemplo, la problemática del desierto de Atacama deriva de una dinámica compleja, que tiene muchos actores y diferentes interacciones: los productores, los consumidores, el transporte, la huella ecológica, el gobierno que permite tirar la basura, las comunidades aledañas, la economía informal, la desigualdad social. […]
Quizá la razón más importante por la cual la táctica de la desviación funciona es porque no estamos acostumbrados a pensar de manera sistémica. En particular, la ecología como ciencia se basa en el pensamiento sistémico porque los ecosistemas (y más los socioecosistemas) cuentan con múltiples variables e interacciones a los que hay que categorizar con el fin de encontrar cuáles son los más relevantes en los procesos. […]
Como civilización tenemos dos metas que cumplir: lograr una sociedad guiada por el pensamiento sistémico y entender los sesgos cognitivos que fomentan el desvío de la discusión frente a problemas complejos. No cabe duda de que requerimos modificar las políticas públicas que impulsen las transformaciones necesarias hacia la sostenibilidad. De lo contrario, mientras sigamos dando la espalda al planeta, vestiremos ilusionados un traje virtual Gucci hasta que la siguiente generación nos grite que vamos desnudos.
ZAMBRANO, Luis. ¡El rey va desnudo!: ropa y basura. In: Este País [online]. México, 2022. Disponible en: https://estepais.com/ambiente/ropa-y-basura -el-rey-va-desnudo/. Acceso: el 18 jun, 2023. Adaptado
El único aspecto que NO forma parte de la problemática del desierto de Atacama es
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